📜 Desintoxicarse de la tecnología
Toda tecnología es genial, pero también puede ser abrumadora.
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Todo en exceso es malo
Dice el popular adagio. En lo particular siempre me ha gustado la tecnología y me rodeo de ella tanto como puedo. Videojuegos, películas en Streaming, música en el celular, escribir estas líneas, la tecnología me hace la vida tan fácil.
El problema está en que, desde que empecé a dedicar más tiempo trabajando con tecnología, con el blog, el podcast, el boletín y la reparación de computadoras, empecé a sentir que a veces es demasiado.
Hasta el punto en que una de las cosas que más disfrutaba, sentarme con mi esposa y nuevos amigos a jugar unas horas de cierto videojuego MMORPG, se empezó a convertir en apenas cuestión de días en una carga molesta y agotadora.
Saltar de una pantalla cansa no sólo mi mente, sino mi vista, que empieza a reclamarme tanta exposición a la luz que emiten estos aparatos, por lo que me he tomado estos días un poco más de tiempo desconectado.
¿Te pasa?
¡Pausa! ¡Cafecito!
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Algunas sugerencias para desintoxicarte de la tecnología
No es del todo posible, porque aún hay que trabajar, pero he tratado de dedicar un poco más de tiempo a tareas que me permitan alejarme de las pantallas para descansar mis ojos y mis neuronas aunque sea por cuestión de minutos. Te dejo algunas sugerencias para hacerlo tú también.
🚲 Practica algún deporte al aire libre
En este caso, la bicicleta ha sido mi salvadora y aunque incluso allí la música que sale de mi smartphone me acompaña, una vuelta en bicicleta me permite reconectar con mi mundo y con mi cuerpo, concentrándome en los sonidos del ambiente, en las caras de las personas y en la luz del sol cubriéndolo todo.
Puede ser una bicicleta, o simplemente salir a caminar a algún lugar de esparcimiento cercano. Una caminata desde tu casa hasta esa pequeña plaza o parque comunitario, para hacer una breve pausa allá y luego volver caminando a casa, puede ser suficiente para recargar energías y devolverle protagonismo a tu propio “yo”.
Además, sirve para salir del sedentarismo que generalmente implica trabajar con tecnología, las horas de estar sentado en una silla frente a un monitor. Moverte un poco hará maravillas con tu cuerpo, que también terminará agradeciéndote.
Descansa
Si no puedes salir a caminar o dar una vuelta en bici, por lo menos tómate un tiempo entre tus quehaceres para encontrar un lugar relajado, si hay plantas mejor, tomarte un cafecito o un té del que prefieras y simplemente dejarte ir.
Y se trata de dejarte ir, no de sentarte a pensar que si te sientas rápido a descansar quizás puedas terminar a tiempo lo que sea que estás haciendo para entonces salir corriendo a atender la otra cosa que tienes que hacer antes de que tengas que hacer el almuerzo o la cena o bañar al niño o llevar al perro al veterinario o pagar las facturas del negocio o… ¡Oh Dios mío tanto por hacer y tan poco tiempo!
¡No, no! Agarra tu taza, siéntate en tu mejor silla, o en el suelo y disfruta de los sonidos que tengas al rededor, piensa en algún momento memorable y disfruta de tu bebida. ¿Eres una persona de Fe? ¡Mejor! Aprovecha ese momento para conectar con ella, para dejar a tu espíritu florecer aunque sea por 5 o 10 minutos.
Si consigues hacer esto por lo menos dos veces al día, los beneficios serán inmensos.
Yo encuentro algo de descanso en ese breve momento que me tomo en medio del trabajo para tomarme un café, jugar con Andrés o contarle algo a mi esposa, por lo que trato de preocuparme menos cuando ese momento se extiende un poco más de la cuenta.
Obligarme a descansar también me sirve para abrir más espacio para Andrés. Antes podía ser una carga tener que llevarlo al parque cada tarde cuando en casa me esperan el podcast, las computadoras y tanto por hacer. Ahora trato de tomarlo como otra manera de mejorar mi salud, y de estrechar mi relación con él antes de que se haga lo suficientemente mayor para avergonzarse de salir conmigo.
Desconéctate
Cuando se tiene conexión constante al mundo exterior, todo el mundo espera que estés disponible siempre. Llevamos Whatsapp, Telegram, Instagram y Gmail en nuestro bolsillo todo el tiempo y mucha gente considera que es para que puedan contactarnos cuando sea que necesiten.
Pero no debería ser así, a veces simplemente está bien no estar. A nadie le gustaría responder una llamada de trabajo mientras está almorzando, así que tu tampoco tienes por qué hacerlo.
Hay distintos modos de desconectarte: puedes elegir no responder mensajes ni llamadas de trabajo después de las 8:00 de la noche, o antes de las 9:00 de la mañana. Puedes dejar tu teléfono en el cuarto o la sala mientras te bañas o desayunas, o puedes establecer una “zona de carga” que te permita dejarlo cargando alejado de ti mientras te ocupas de otra cosa.
Incluso, si tienes un teléfono Android, puedes configurar el Modo No Molestar para que no reciba notificaciones, o sólo reciba algunas que consideres urgentes, durante un lapso determinado de tiempo.
Lo importante es hacerle saber a las personas que no vas a estar disponible para dar un precio a las 10:30 de la noche, sea porque ya estás durmiendo, o porque a esa hora estás viendo tu serie favorita.
Hay muchas otras cosas que puedes hacer, como tejer, armar rompecabezas o escribir un diario. Incluso puedes proponerte aprender a tocar guitarra, lo que sea para mantenerte apartado de las pantallas y teclados.
Y ahora… El resumen
Si estuviste algo ocupado, aquí te cuento lo que pasó esta semana en el blog. Yo también estuve algo complicado, así que faltó algun que otro contenido, pero aquí vamos.
Para empezar, Movilnet rehabilitó las consultas de saldo en su sitio web. Algo que se agradece porque de verdad que era todo un misterio saber cuánto habías gastado en la operadora más grande del país.
También esta semana cumplió años el primer virus informático en distribuirse por Internet. Era una cosa muy linda para ser un virus: el gusano de la navidad. Ahí también te cuento sobre el regreso del Feed Cronológico a Instagram, algo que muchos usuarios llevan cinco años pidiendo.
Y el director ejecutivo de una firma de hipotecas tuvo la genial idea de despedir a 900 de sus empleados a través de Zoom, lo que por supuesto enfureció a más de uno. El hombre dijo que la baja productividad era el problema, pero no es que haya sido un gran jefe tampoco. De hecho, la noticia se ha desarrollado de un modo muy interesante, pero eso te lo contaré mañana en el podcast.
Y hay más, por lo que te invito a que te pases por allá, o por tu podcatcher favorito, y te enteres de todo el resto del contenido.
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¡Y listo!
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